miércoles, 8 de diciembre de 2010

¿pero qué demonios nos pasa?

"...cuando los enamorados/van a servir al amor./Sino yo, triste y cuitado/ perdido en esta prision/que no se cuando es de día/ ni cuando las noches son..."


Recuerdo este poema que tuve que aprenderme cuando estaba en... ¿cuarto de primaria, quizás? no lo se. Recuerdo que era muy joven, y que estaba  totalmente sorprendido por el país en el que llevaba 2 años viviendo, después de abandonar el mio, buscando una oportunidad mejor.... Iluso de mí, jajajaja
Rememoro los momentos en los que llegue a vivir en un piso en la calle Cristóbal Bordiú, cerca de mi apreciado colegio Cervantes, junto con mi madre, padrastro, cinco tías, unos cuantos tíos más (me refiero a tíos y tías con lazos familiares) tres primos y otras tantas personas más hasta completar el redondo número de veinte, si no me falla la memoria.
Curiosa la vida de inmigrante ilegal, aun siendo niño, pero para nada aburrida. Lo puedo asegurar. Era increíblemente gracioso y humorístico ver como unas 13 personas (no todos eramos ilegales) se intentaban esconder, en sitios tan imaginativos como el armario de guardar las escobas, el balcón o debajo de las camas; cuando algún otro inmigrante graciosillo tocaba la puerta o el telefonillo y decía: "POLICÍA, ABRA LA PUERTA, por favor..."
Todo se volvía un caos y barullo en el que la gente, de repente, desaparecía en cuestión de segundos por sitios realmente absurdos. Luego descubrían que era una broma inocente con muy mala intención y se relajaban.
Lo que es más gracioso es que, de vez en cuando, era la policía de verdad y todo el escondite resultaba útil, al fin y al cabo. Nunca sabias cuando era verdad y cuando no. Un par de veces se me heló la sangre al oir esa frase por el telefonillo. Yo era muy joven, tenía 10 años... Eran buenos tiempos.


Recuerdo esto mientras tecleo con mi viejo portátil "nuevo", que acabo de arreglar, y que me lo agradece haciendo que las "eses" y las "tés" sean tercas y resistentes a mi suave tacto de tecla, maldita sea.
Recuerdo y me pregunto, que ha sido de ese poema. Nunca llegue a saber su nombre. No recuerdo quien lo escribió. Solamente recuerdo el poema entero, con sus rimas tan bonitas. Hablaba de un hombre encarcelado, un priionero que recordaba. Recordaba el mes de mayo, cuando la  primavera estaba en su punto álgido, y los enamorados salian a pasear. El no podía hacer eso porque estaba atrapado, obviamente.
No tenía noción del día y de la noche. Solo sabía eso por una ave, al que mato un ballestero. Y acaba el poema con la maldición del prisionero al susodicho asesino del "avecilla que le cantaba al albor..."
Que bonito,
¿Donde han quedado aquellos felices tiempos?
¿Qué ha sido de aquella ilusión?
¿Por qué demonios no funciona bien mi "teclado"?
Solo el tiempo lo dirá...

1 comentario:

  1. Me sorprende el parecido entre prisionero y pionero.
    Ay, las palabras, ché...

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