martes, 28 de diciembre de 2010

Cirujano de la muerte y unas tazas de café frío con mucha azúcar...

Estamos en 1901. Un acróbata nacional atraviesa la nieve blanca mientras oye al Hombre de Hierro gritar: "YO SOY LA MORSA!!!"
Las luces azules en el panel negro no dejan concentrarme y llegan a mi corteza cerebral superior de modo intermitente. Me gusta esa sensación de poder estar doblando cucharas, no se me habría ocurrido nunca... "asi es la vida" con posterior bomba en el piano.

Todos te están esperando. Es una desgracia. La constelación de lunares de tu cuerpo se puede ver cada vez que observo el reflejo de la luna en los ojos de cualquier architeuthis que viene por el día buscando algo de leche y cachalote para el almuerzo. Son animales curiosos y amigables, la verdad. Sigo pensando en lunares, en los 5 minutos que me corresponden, en cigarrillos mentolados o en la muchacha ulsteriana (o como cojones se describa a las norirlandesas) que ha venido a visitarnos junto con el pollo flaco que solía jugar conmigo al Soul Calibur. "Todo fluye, nada permanece" dice mi ser en un episodio que ocurrió la temporada pasada. Se trataba de un recital de ¿poesía y filosofía clásica?, plagado de ensayos, suspiros y risas infantiles.

Por Dios, como de rápido pasa la supercuerda de la existencia por el lector/reproductor de nuestras vidas.

Y mientras, los días/tardes pasan kon relativa y klásica kausa kaótica a la vez que los reflujos del afecto se ven entremezclados en el maremágnum de el océano de sustancias químicas y las nubes (cargadas de truenos que activan el maremágnum), tambien llamadas reacciones fisicoquímicas que son los sentimientos humanos. COMO ME DUELE EL TENDON DE LA PLANTA DE LOS PIES


Termino con una canción que lleva el nombre de la cuidad en donde yo nací
EMERALD (o esmeralda, en castellano)



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