Las nubes son blancas y grises, y vuelan sobre mi cabeza lanzándome gotas de lluvia. Lloran de alegría y cabalgan por los cielos. Y yo soy otro, no soy yo. Soy un error, una secuencia mal procesada, un indiferente lunar en la piel. Solo agua sin destilar, simple como el sexo soso, frío y sin sentimiento.
Recuerdo palabras de otros mientras busco las mías. Perdidas en el cajón desastre que es mi cerebro, las encuentro e intento plasmar el sentimiento que siento con ella: INÚTIL, LÁSTIMA, PERDERELTIEMPO...
Son pocas, pero es lo que se me viene a la mente al recordar semanas y semanas de fracasos.
Los trabalenguas eran muy divertidos en su tiempo. Ahora solo son cosas de niños.
La música es para los que tienen talento, no para quienes lo aparentan tener, pero en realidad no son nada.
Los sentimientos... son para las personas. Y yo, desde que maté al Super-hombre, me siento mucho más humano, ¡maldita sea!
Oigo el crujido de las arañas en mis pesadillas. Veo el ejercito de dragones que vienen en mi ayuda... No puedo dejar de repetirme que no soy Cthulu y que pertenezco a este universo terrenal, y no al de la imaginación, donde me paso todo el día, masturbándome mentalmente. En ese universo donde todo es sucio e impuro, donde soy uno más y donde no hay moralidad y bien ni mal. Me pregunto si ese universo se llamará Sudamérica...
Todo es opíparo (sabe Dios que significará esa palabra...) y demasiado brillante. Necesito unas nubes de lluvia.
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