jueves, 10 de febrero de 2011

Pain is close to Pleasure...

El piano me sonríe. Se ríe de mi estupidez al no poder ser amado. El piano es malo. Se encarga de recordarme que no puedo ser mas que un simple mortal, sin poderes ni cosas extraordinarias. Me hace sentir el típico odio irracional hacia cualquier ser humano por ser superior.
Me siento solo porque me has dejado, Esperanza. Has huido con ese traidor sin nombre.
Y sin embargo duele.
Cada movimiento de el pequeño palo alrededor de la esfera de cuarzo que marca el tiempo, duele.
Cada beso de la Reina de las Nieves sobre mi piel oscura, duele.
Cada músculo de mi garganta que se tiene que necesita moverse al tragar saliva para evitar que mis ojos lloren de desesperación y soledad, duele.
Y ese dolor me hace libre de comprometerme a sentirme bien. No tengo porque sentirme bien, por mucho que se empeñen en decírmelo.


Pregunto sin respuesta,
sin descanso ni demora.
Pregunto al aire.


El Vacio me susurra sus secretos.
Y me duelo. Duelo por mi alma
que grita en silencio por tu persona.


Entonces te miro y soy verde.
Verde color envidia, por el ignorante que te ignora
Pero tú no a él. Y me duele.


Clama mi cerebro y corazón, Claman mis ojos.
Claman mis dedos y mis articulaciones, atrofiadas
porque quieren estrecharte y no lo hacen. Y me duele.


Me duele que sea distinto, pero es así.
Me duele el "te quiero" inútil y los besos al aire.
Me arden tus ojos esquivos y tímidos.


Y me guiñas un ojo y es una flecha de vida.
La flecha que me confirma la muerte de mi alma. Y me duele.
Vivir la mentira del amor, duele.

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