lunes, 28 de enero de 2013

Faro

Soñar es gratis. Ser feliz es gratis. Ser feliz es Soñar.

Ah, pequeño espíritu de dimensiones gigantoenormes. Me llamas, a lo lejos. Más lejos de lo que nunca he llegado, pues el Planeta en el que vivo es pequeño como el del Principito (el de antes, no el que tiene ahora, hipotecado y con un garaje de dos plazas)

¡Oh, pequeño espíritu aventurero, quien fuera de tu naturaleza para acompañarte por dimensiones eternas y espacios incognoscibles en este plano de la realidad! ¡Quién pudiese soltarse la melena al viento y perderse por toda la inmensidad del mundo, jugando a a ser Dios y no simplemente mortales limitados! ¡Quién fuese fruta para poder darle un mordisco a la boca, manzana encerrando un gusano...!

Tan terrible es el Ser que uno nunca se conforma con dicho Ser. Es tan terrible cansarse de la felicidad como acostumbrarse a la miseria, carecer de amigos como tener tantos que no les dedicas respectivo tiempo. Es tan difícil sentirse frágil moribundo como débil neonato.

Solo me apetece, espíritu libre y rizo-ondulado, verte tumbada en la cama, cubierta por una manta y vestida con tu sonrisa

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