miércoles, 26 de diciembre de 2012

Próxima parada...



Dos preciosos atigrados grises convergen espacialmente en una estación de tren de un pueblo a las afueras de Madrid (pero que esta dentro de Madrid, que conste...)
 Hay algo mágico en esos felinos. 
 Uno cruza la vía, temeroso y cauto pero a la vez necesario. Ese atigrado maulla buscando a su homologo felino, hembra o macho, pero son pareja de la vida (Un estadio inexplicable en el que dos personas recorren un camino juntos, aun sea cual sea su relación tanto de amistad de familia, sentimental o laboral. Curiosidades de la naturaleza...)

GHANESHA ESTA ENFADADO CON NOSOTROS


Los maullidos son tristes y ansiosos, buscan mi corazón y lo encuentran. 
Olvido mi profundo desprecio a los gatos y me apiado de él.
Un murete de media altura, quizás metro treinta,  separa a los felinos. 
Uno esta en la vía, cruzando mientras se acerca el tren. El otro esta traspasando ese murete que lo hace invisible a su gato gemelo.

No se como estará el otro gato, pero se le ve buscando en este frío invernal.



Y con aires de entendimiento supremo, mi cerebro exclama admiración por el mundo animal, capaz de ver que los los gatos son indispensables a si mismo. Es decir, no son animales sino racionales. 
¿Esos son los instintos? 
No lo se. Pero la sensación que me da, preguntándome ahora mismo en el tren por el Sino de esos dos seres, es que la Naturaleza en si tiene un lenguaje similar a todos los seres vivos. 
Si no, no seria capaz de comprender las relaciones gatunas que se han dado. Y concluyendo con una hipótesis: acaso mediante ese mismo lenguaje natural, otros seres podrán entender HUMANO y preguntarse como somos capaces de hacer tales atrocidades en su medio Natural?


Cambio y corto...

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