martes, 18 de septiembre de 2012

¡Las ganas de llorar las tendrá una piedra, no Yo!

Podrías hacer una lista de lo que te pasa, tuerto Lázaro. Podrías y, sabe Dios, si vas a hacerlo. Quizás deberías.
Entre un arpegio de sensaciones vacías, la calma se llena de silencio y desesperación, huecas y solo llenas de gritos y goboraciones en NAT-SAT. Y en esas se ve el tuerto, embarrado y lleno de esa sensación. Pobre de él. Simple y llano pasa el día de cemento. Hormigón moderno que nos cubre a todos y cada uno, llenándonos los pulmones de alquitrán de las calles y los corazones de ruidos de máquinas que nos han sustituido.
Todos somos tan artificiales como los juguetitos modernos con los que jugamos. Habría sido ridículo en la "atrasada" Edad Media quedarse mirando una pantalla que proyecta imágenes falsas que emulan la realidad, quizás cosa de brujería. Pero ahora mismo, aquella brujería electrónica nos invade hasta llegar a lo más íntimo de nuestro ser, incluso obligándonos a contarlas por medio de un espacio electrónico denominado BLOG. ¡Qué ironía!

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