lunes, 2 de abril de 2012

La frustración es el sonido del Silencio

Dios me dio manos, no deformaciones en forma de Muñón supurante de pus. Manos solamente, solemnemente y con diez dedos en total. 
También tengo un amor para utilizar mis manos y mis diez dedos en forma de caricias en sus zonas erógenas y su clítoris de manera reiterada y satisfactoria. Pero no me siento satisfecho, ¿Acaso he de sentirme? NO

Dios me puso en la Tierra del Sol, en el Medio del Mundo, en el Ecuador del planeta. Dios me echo de una patada del Edén de los dioses, consecuencia peor para el, pues ya no le creo y era muy buen aliado. Estúpido Dios...

Sin embargo...

...tengo que decirle que me esta jodiendo la vida, pues me dio un entendimiento Perfecto de la Música, una clarividencia. Un tercer ojo en forma de Oído, en medio del cerebro. Y eso no es malo, pero lo que si es malo me fastidia en grado sumo.

Dios me impide tocar música. Me regalo unas manos inútiles en el piano...
            ....y un conocimiento que de momento, ha superado los límites en los que se encontraba.

Dios se ríe al verme delante del piano. hace un pequeño hueco de veinte minutos en sus Ajetreados Universos Paralelos para poder disfrutar de la tortura que es verme impotente ante el Teclado, que me sonríe con sus teclas bicromáticas amablemente, invitándome a que acaricie su dentadura con maestría.

El odio de Dios no tiene límites...
...mientras que mi Frustración tampoco.
He de admitir su golpe maestro, su Jaque Mate particular contra mí, por eso no soy satisfecho con mis masturbaciones mentales acerca de mis amplias posibilidades con mis manos de haz achocolatada y envés rojizo, como unas hojas de otoño que están a punto de caerse del árbol...


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