"...Regurgitando la paz en forma de paloma, se encuentra nuestro tuerto Lázaro herido de guerra por la batalla de todas las noches contra sí mismo y su resistencia alcohólica.
Liberado de prejuicios disfruta de la vida: Confeti y viento en su bandera. fiesta y bandas, gentes buenas y Mamas Grandes y perfectas embadurnan sus encameladas noches de su fraguosa madurez.
Lázaro pensó en su nombre de tuerto, gano a base del respeto más absoluto con puños y piedras. Mascaba tabaco en un amargo odio contra las cosas que le hacían bien. Odiaba bien y el Bien. Odiaba la hipocresía de los buenos, que se creen bueno, cuando en el fondo se mueren por matar.
El tuerto Lázaro entorno los ojos frente a un espejo, se peino las cejas y salió del Hospital, mientras todavía se sentía sedado..."
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