domingo, 22 de mayo de 2011

Gatoescarola

Nos abandonan las fuerzas en el fragor de La Batalla. Pasan las horas, muertas, por la lucha eterna con el eterno ser que es uno mismo. Es un esfuerrzo inutil, una botella de agua con un "bujero" en la base, intentar llenar una piscina de arena con agua del mar en un cubo que no cesa de ir y venir desde la orilla...


Decía-yo-me  cuando era más joven (hace un par de meses) que el Hombre es una pasión inútil. Fijense en las vueltas que da la vida tras días de masacre (o genocidio que queda más bonito) de complejos, barreras sentimentales inútiles y prejuicios que solo llevan a la autodestrucción (vamos, que he cambiado un poquito, caray)


Sweet Skin...


Me mola, revolución de luces de colores grandes (verdes, rojos, morados, carmesíes, escarlata, magenta, claros, oscuros, escala de grises, etcétera (parentesis dentro del parentesis (echaba de menos escribir, pero lo que más echaba de menos son los etcéteras) como los buenos escritores ordenados) azul, turquesa, oliva cyan) en el oscuro arcón de mi cabeza, cubierta de una suave capa de pelo negroscuroblongo y risadesordenadordinariez, bajo un cueropedazodepieldecabellocabelludo que se encuentra en la cima de la montaña de mi cuerpo grande mientras se funde con el avellanado tono de piel que me cubre y me da amor y calor.
La mariposa que son sus ojos son capaces de crear un huracán revolucionario, que es el que me produce esta sensación de bienestar tan extraña para mi.

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