jueves, 10 de octubre de 2013

Genoveteca!!!

Se despereza, gatuno y pentamareado el gran Señor Chocolatástico, viendo sus sucedidos sucesos durante todo el hiatus.
Él vive, y ha aprendido a sentir. Es decir, a vivir patética y sentimentalmente las cosas, la vida y a preferir los contemplativo a lo reflexivo.

Respira, café.

Ahora, tiene un templo físico, ubicado en el encantador distrito 19 de Madrid. Ahora han entrado en su vida dos seres importantes, y ha arriesgado mucho con su esencia de Ser, su Luz de Luna. La perdió, pero ese no es el caso.

Un ser importante es Vaquita. Es su ilusión de cada día. Es un conjunto de datos que configuran un ser de carne, perruno y bien peludo, con personalidad, fidelidad y rebeldía en partes iguales. Es una perra preciosa, como diría el mismo Chocolatástico.

El otro ser es Punzón. Punzón es su némesis, su antítesis. Su Gary Oak. Éste es representado por unas gafas de pasta y enquenclez. Pero Punzón esta allí. Y es tan humano como la capacidad de Chocolatástico por negar su humanidad. Punzón viene acompañado, pero su acompañante no nos interesa. Solo añadiremos que sin Yin no habría Yang. Dicho.

La Luna se fue. En realidad se fue su luz. Ay! Pero, Chocolatástico la ha sustituido (o intentado) por una serie de actividades. Teatro puro y comprometido. Mas, sin su luz tiene miedo y no se siente confortable y feliz. Vive en oscuridad pero si la luz se apagó, ocurre porque tropezó he hizo daño a la pobre Lunita, que se quedó sin bombilla para dar luz.

Malo, Choco! Malo!

Choco llora, dulce. Choco es de choco. Bueno, al fin y al cabo, la Materia no ha cambiado, no? (Y los marxistas somos muy materialistas, se supone...)

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