lunes, 9 de julio de 2012

Perros muerden


Es la advertencia que suelo ver cuando mi tren va o viene hacía el pueblo de Vicálvaro.

Vicus-Albus (bosque blanco) o tambien llamada la Villa Blanca, ese DistritoPueblo que se encuentra a las afueras de Madrid, pero no tan afuera, donde suena un pequeño CD, propiedad de una pequeña niña ingenua que cree que las notas de Joaquín Rodrigo son trinos de pájaros y pasos por una escalinata.

Es maravilloso ser niño.


NO ES UN RITMO TIROLES


Lo he pensado, al ocaso de mi juventud, mientras veo a mi joven hermana, pequeña inconmensurable que se rasca la barriga buscando un zumo. Se echa sobre el suelo como un ajolote en el barro, mientras bebe su zumo. Es feliz. Me hace feliz verla.
Creo que el punto máximo de felicidad se encuentra en ser feliz con la felicidad de los demas. Así pues, si yo veo feliz a la dueña de mis sueños y mis tesoros más ocultos a la que beso por el día y acaricio por la noche, me hace ser feliz. Tambien me pasa con mi hermana, ese pequeño ser caritativo de amor y juegos a la que me gusta llevar a la felicidad. Francamente, estoy chocheando de senectud.

Joaquin nos deleita con las composiciones de su guitarra. Española. Castiza. Hay algo especial en la música española, que no se puede explicar. Puede ser su influencia morisca. Puede ser la elegancia árabe mezclada con la alegría natural del pueblo español. Pero se ve fielmente caracterizado en el maravilloso instrumento. Gracias joaquin por ponerle B.S.O. a este momento.

Finalmente, espero y expecto. ¿Ya vienes, musa? Creo que ya estarás en la Linea 9. La morada, camino a Casa.

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